El sueño es un estado fisiológico caracterizado por el reposo temporal del organismo y la disminución de la actividad cerebral. Por ello, las normas de higiene del sueño son esenciales para la salud y el bienestar, ya que es durante el sueño cuando el cuerpo se recupera y regenera.
La falta de sueño o dormir mal puede afectar a la salud mental y física, repercutiendo negativamente en la calidad de vida. El sueño es tan importante que si una persona no duerme lo suficiente, su cuerpo puede "forzar" el sueño, entrando en un estado de somnolencia diurna.
La duración del sueño varía entre las personas y depende de varios factores, como la edad, el estilo de vida, los horarios de trabajo y las dificultades con algún trastorno. Para lograr tu mejor sueño, hay algunas prácticas interesantes en lo que llamamos "Higiene del Sueño" que pueden ayudarte, consúltalas:
¿Cuál es la importancia de la higiene del sueño?
Dormir es importante para nuestra salud y bienestar general. Ayuda a nuestro cuerpo a curarse y repararse, y da a nuestro cerebro la oportunidad de descansar y rejuvenecer.
Lamentablemente, muchos de nosotros no dormimos lo suficiente. Esto puede acarrear diversos problemas de salud, como un aumento de los niveles de estrés, una disminución de la productividad y un mayor riesgo de obesidad y enfermedades crónicas.
A partir de ahí, la higiene del sueño se convierte en algo esencial, ya que es el conjunto de hábitos y prácticas que favorecen un buen sueño. Es importante tener una buena higiene del sueño porque puede ayudar a mejorar la calidad y la cantidad del sueño.
Unos hábitos de sueño saludables también pueden ayudarle a sentirse más descansado durante el día y a reducir el riesgo de desarrollar problemas de sueño o incluso en otras áreas de la salud.
Hay muchos aspectos diferentes de la higiene del sueño que deben seguirse y otros que deben evitarse, como veremos a continuación:
Qué hacer y qué no hacer en materia de higiene del sueño
Debes hacer algunas cosas para asegurarte de que duermes bien. Suelen denominarse hábitos de "higiene del sueño". Seguir estos consejos de higiene del sueño puede ayudarte a conseguir el sueño reparador que necesitas.
Crear una rutina de sueño
Esto significa acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana y las vacaciones. Descansar lo suficiente es fundamental para la salud física y mental. Un horario de sueño regular también puede ayudar a mejorar tu productividad y tu estado de ánimo.
Crear una rutina relajante para irse a dormir
Por ejemplo, darse un baño o una ducha caliente, leer o escuchar música relajante. Si se toma un tiempo para relajarse antes de acostarse, dará a su cuerpo y a su mente la oportunidad de descansar y recargarse. Hay algunas cosas sencillas que puede hacer para crear una rutina relajante antes de acostarse que funcione para usted.
Entorno del dormitorio: oscuro, tranquilo y fresco
Esto se debe a que la oscuridad favorece la liberación de melatonina, que produce sueño. El ruido y la luz pueden alterar la producción de melatonina y dificultar el sueño. Una habitación fresca también favorece el sueño porque imita el descenso de temperatura que se produce de forma natural por la noche.
No tome cafeína antes de acostarse
La cafeína y el alcohol son estimulantes que pueden dificultar el sueño. Además, pueden alterar el sueño una vez que te has dormido. Por último, beber demasiado cerca de la hora de acostarse puede provocar frecuentes idas al baño, que también pueden alterar el sueño.
No utilice dispositivos electrónicos en la cama
La luz azul de las pantallas puede interferir en el ritmo natural del sueño, dificultando conciliarlo y mantenerlo.
Ejercicio antes de acostarse
El ejercicio puede ayudarle a dormir mejor, pero sólo si lo hace al menos unas horas antes de acostarse. De lo contrario, puedes tener más problemas para conciliar el sueño porque tu cuerpo no puede permanecer en la fase de sueño llamada REM (Rapid Eye Movement).
Relájese y despeje la mente antes de acostarse
Esto permite que el cuerpo y la mente se preparen para el descanso y ayuda a prevenir el insomnio. Relajarse también puede disminuir la ansiedad y el estrés, que pueden afectar negativamente al sueño. Algunas formas de relajarse antes de acostarse son darse un baño caliente, leer un libro o escuchar música suave, pero cada persona tiene sus propias actividades relajantes.
No trabajes en la cama
Trabajar en la cama puede hacer que tu mente esté más cansada y, por tanto, sea menos productiva. Otra razón es que trabajar en la cama puede provocar dolores de espalda y cuello debido a una postura inadecuada. Además, puede ser una distracción para descansar y dormir, lo que puede afectar negativamente a la calidad del sueño.